Pues aquí estoy yo ...
Como compañera de noches mi vieja cama, como compañera de sueños mi antigua habitación...
Veinte años arropando mis noches recorriendo conmigo las distintas etapas y estaciones por las que la vida me ha llevado y diez años de tregua después me vuelve a recibir entre sus sábanas...
De repente se paró el tiempo...
Todo alrededor ha cambiado en la estancia que acogió mi vida durante unos años de cambio y ya poco queda de la que fue mi fortaleza y zona de tranquilidad...
Pero tú sigues aquí imperturbable anclando al presente ese pedacito de pasado como nexo de unión e hilo conductor entre todos los capítulos de la historia de mi libro.
Sigues igual que cuando te dejé y partí buscando empezar una nueva aventura quemando la etapa de niñez intentando entrar en el traje de madurez que nos obligan a vestir...
Todo en ti es familiar, formas parte de mí y yo tan reacio a ciertos cambios veo en ti ese objeto amigo que reconforta mi vuelta e identifico con recuerdos pegados a mi alma...
Te he conferido ese rol de intemporalidad, inmovilismo y piedra angular en mi transitoria vuelta a la tranquilidad que necesito para reconstruir los rotos de ese ajado traje de madurez mientras visto de nuevo la vulnerable candidez e inocencia de la niñez entre tus brazos...
Después de tantos años me siento cómodo en la estrechez de tus medidas y la dureza de tu estructura.
Y mi cielo sobre mi cabeza como desde aquel primer día que estrene tu vida...
Aquí me tienes de nuevo incómodando tu tranquilidad, perturbando tu descanso, volviendo a mi niñez...
Y todo esto por una cama...
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