Lunes, uno de octubre...
Demasiadas cosas que empiezan hoy así sin más...
Un mes especial, muy especial...
Y avanzamos inexorablemente desgarrando hojas de nuestro calendario sin casi darnos cuenta que se nos van pasando los momentos cayéndose de nuestras manos, deslizándose entre nuestros dedos como arena de playa que lleva el viento antes de llegar al suelo...
Los principios de semana que coinciden con los de mes mi cerebro está seco y tengo la sensación de que junto retazos de frases escritas en papelitos que sobrevuelan el imaginario espacio aéreo y yo los voy capturando como si fueran las hojas de los árboles clavándolos con chinchetas inconexas en el corcho ajado de la hoja en blanco...
Octubre... Escrito con "o" de otoño aunque en "mi" León esa estación suela manifestarse antes... Y aunque este año el verano nos quiera dar la tregua de acortar día a día el negro invierno...
Recuerdos de la niñez en los que me veo comenzar las clases por la tarde con los primeros dias y esperar con pena como el cambio horario, sensación actual todavía, matase mis tardes de juego en el parque robándome otro poco de niñez...
Este mes me transmite sensaciones de gordas cazadoras y picantes jerseys de ochos que salen del armario donde guardaban su letargo veraniego...
Octubre en el que nuestros pasos transitan las alfombras marrones de hojas caducas que entierran su existencia cubriendo el frio suelo de las calles...
Mes de facturas de luz más largas y del calor artificial de los radiadores ardiendo ya a pleno rendimiento. Persianas cerrándose en los albores de la tarde y la manta asomando ya en los brazos del sofá...
Lunes, uno de octubre...
