Hoy no tengo ganas de nada...
Hoy es de esos días en que parece que todo lo que te rodea se desmorona...
Hoy siento que esos hechos más importante que las volátiles palabras duelen más los pocos malos que los muchos buenos...
Hoy sí que por muy cerca del cielo que se encuentren mis caballeros siento que al final la soledad siempre es lo más cierto y constante en la vida y la solidez de nuestros cimientos la clave de la cordura que te alumbra el camino para poder soportarla...
Hoy no puedo dormir...
Hoy está angosta cama que acogió mi juventud se convierte en la terrible inmensidad yerma de un desierto sombrío...
Hoy no todo es fácil...
Hoy casi me entierro entero en la cálida frialdad del profundo infierno...
Hoy mis demonios ganan...
Hoy no tengo ni ganas ni fuerzas para luchar contra ellos y mi oscuridad se funde con la negritud de la noche invernal creando un vacío inmenso...
Hoy solo hablo silencios de camino a casa y descuento centímetros para refugiarme en mi frágil fortaleza de cansados esfuerzos...
Hoy la excitación y curiosidad del segundo siguiente a respirar el último segundo respirable se convierte en una incertidumbre horrible y asfixiante que aprieta los pulmones con las mortajas del abismo del que será...
Hoy me da igual todo lo que me rodea y adolezco de interés por investigar lo que siento dentro...
Hoy solo quiero cerrar los ojos y dejar que me arrastren recuerdos de rutina y seguridad que certezas reales de improbables presentes...
Hoy no entiendo mi cuerpo y ni de lejos intento atender mi mente...
Hoy ya es mañana y ese mañana me aterra y no quiero que la luz de su albor me despierte y golpeé con dureza la bofetada de realidad de empezar un nuevo día...
Hoy grito sordos lamentos en mi interior que expían gilipolleces sonoras que mi boca no calla...
Hoy no quiero nada ni nadie.
Hoy me sobra el mundo de alrededor y odio el interior de mis entrañas...
Hoy la noche se tiñe de ese gris odiado y no hay reserva de amarillo para colorearlo ni brocha o pincel que tiñan las paredes de mis habitaciones mugrientas y roídas de cadáveres colgados...
Hoy me callo reproches estúpidos que aturden mi inteligente raciocinio envenenando los lazos que vinculan la realidad de las relaciones que no se han roto con el roce de las agujas del tiempo...
Hoy rezo con antiguas oraciones plegarias que salven resquicios heridos de santidad juvenil...
Hoy solo quiero que acabe hoy.
Hoy es solo hoy...
