Esa sensación de alivio que te embarga en algún momento de la vida.
Notas que nada te puede parar y nada te pesa...
Sensación de invulnerabilidad máxima...
Ves como todo fluye a tu alrededor descomplicando ecuaciones vitales que se resuelven sin operaciones complicadas.
Superas escollos abruptos con la facilidad de subir unas escaleras mecánicas.
Todo tu alrededor es de colores vivos que alegran tu universo.
Sonríes más...
Miras el futuro con alegría sin rastros de miedo absurdo.
Cantas al viento canciones dulces que asaltan tu mente sin impedimentos dolorosos.
Cuentas a quien quiera oírte la tranquilidad de tu alma.
Alejas el temor que traía la crudeza de las mañanas con despertares que ilusionan nuevos días.
Sientes recorrer por tus venas la sangre de tu mejor versión.
Por fin respiras...
Respiras...
Respiras y lo haces sin lamentos abrazados a imágenes grises que perturbaban tu raciocinio.
Respiras con tranquilidad empujado por esa felicidad que te envuelve.
Respiras sin miedos que limiten tu capacidad pulmonar ahogándote poco a poco.
Respiras calmado...
Respiras con ganas...
Respiras...
