Hoy no despierto sonriendo...
No siempre se puede amanecer entre carcajadas...
Hoy la fiebre y los tosidos ahogan un poco el eco de mis risotadas...
Odio la enfermedad...
Que estúpido, pienso...
A quién le va a gustar estar enfermo.
Yo lo llevo mal...
Muy mal...
Sobre todo cuando esa enfermedad provoca una ralentización de mis sentidos y observo inútil que mi cerebro funciona al cincuenta por ciento de su capacidad habitual.
Noto como la gente a mi alrededor vive a dos o tres velocidades por encima de la mía y me agobia pensar que me quedo atrás.
No soy yo y pierdo detalles de la vida...
Se me escapan elementos que en mi normalidad no dejaría irse...
Que le vamos a hacer...
Sensación transitoria...
Mi cuerpo siempre ha tenido especial virtud para recuperar rápido.
Mientras solo me queda deambular con cierto aire de zombie anhelando volver a mi ser...
No despierto sonriendo no...
Pero tampoco despierto entre lagrimas que entierren mis ilusiones.
Esa diferencia me encanta...
El peso de todos los virus librando una batalla en mi cerebro no apagan mi optimismo...
Eso es una victoria gigante dentro de las batallas que he ido librando en esta guerra de la vida.
Mañana sera otro amanecer y seguro que más sano y más consciente volvere a ser yo por completo...
