Sin ninguna imagen clara del momento exacto en que mis ojos vieron por primera vez en mi vida esta película si que tengo esa sensación familiar que me dice que este fué el primer largometraje que vi...
Si que recuerdo mis ojos abiertos como platos frente al televisor de la vieja tele del salón de Las Fuentes reproduciendo la cinta beta en aquel primer video gigante que me inoculó mi amor por el cine...
Imagino, haciendo un cálculo rápido entre su fecha de estreno hasta la difusión en videoclubs, que mi infantil yo rondaría los cuatro o cinco años de edad dando mis primeros pasos por el sistema educativo español y comenzando a cultivar las primeras relaciones personales con el mundo ajeno a mi propia familia y vi en los dos protagonistas esa relación idílica de amistad que todo el mundo espera tener en el que cada uno de las dos partes siente y padece el mismo sufrimiento compartido y disfruta y celebra las mismas alegrías comunes.
Quizás esta primera película marcó sin saber las directrices de mis futuras amistades y he buscado en todos y cada uno de mis aliados esa lealtad y empatía que Elliot y E.T. se tienen entre ellos...
Echando la vista atrás puedo decir sin temor a equivocarme que he tenido, y tengo, grandes amigos que me han acompañado en mi transito por la vida y que he logrado con algunos ese nivel excelso, sin llegar al dolor común que sienten en la peli, de complicidad y entendimiento...
Suerte le llamo yo a eso porque reconozco esa dificultad que me adorna en algunas, muchas tal vez, ocasiones.
Amistad...
Y con un extraterrestre...
Insólito y novedoso escenario creado en mi mente...
Así de repente gracias a E.T. y Star Wars, la saga de los Jedi la dejo para otro día, se abrió en mi cerebro alimentando a mi desbordante imaginación un sinfín de posibilidades de vidas en otros mundos desde ya muy joven... Si bien es cierto que la historia del marrón amigo del espacio se centra más en la amistad y lealtad que le une al joven Elliot que en indagar en la naturaleza extraterrestre del protagonista estelar la idea de alguien que viniese del espacio exterior me alentaba a dibujar mentalmente mundos y seres completamente distintos a nosotros con tecnologías increíbles o poderes infinitos...
Así empezó todo...
Grabado en mi archivo emocional esa despedida en la que E.T. señalando la cabeza de Elliot pronuncia la frase que mas nítida recuerdo de la película...
"Estaré aquí mismo"
"E.T., el extraterrestre" es una película dirigida por el mago Steven Spielberg y escrita por Melissa Mathison basada en un amigo imaginario del propio director, creado tras el divorcio de sus padres. El film, cuyo rodaje se llevó a cabo entre septiembre y diciembre de 1981 en California de manera cronológica para conseguir actuaciones emocionales y más convincentes. A su estreno en 1982 se convirtió en un éxito de taquilla. Los críticos la aclamaron como una historia intemporal de la amistad y la sitúan como la película de ciencia ficción más grande jamás realizada según una encuesta de Rotten Tomatoes. Se re-estrenó en 1985 y en 2002, para celebrar su vigésimo aniversario con planos y escenas adicionales modificadas.