La recuerdo tan clara y nítida como si ahora mismo estuviese sonando aún en mi viejo radiocasete mientras intento vestirme con mi mejor traje de pena para ir a despedirme de ella...
Recuerdo esa ultima vez que reproduje en mi mente su letra mientras amanecía temprano mimetizandome con el día, un estúpido sábado gris, frió y plomizo, que no aletargo mi voluntad de cumplir mi promesa de dar con rabia ese "hasta luego" que nunca debió ser...
La soledad de la calle me recibió con una lluvia fina que fue horadando mi cuerpo y mi alma a medida que empapaba mi ropa mientras mis pies cansados producto de la larga noche de olvido y ron recorrían de forma autómata esos veinte minutos familiarmente diarios de trayecto que me separaban de la triste despedida...
El olor de la gomina diluida en agua que se deslizaba por mi rostro nacida del pelo mojado por la lluvia se quedo para siempre grabado en ese rincón de la memoria donde guardas las cosas que duelen junto con la canción y el sentimiento aparcándolos para no sufrir...
Millones de veces transitando el mismo camino y en mi pecho la duda latente de no conocer el mejor desenlace al viaje y dudar si dilatar o acelerar el momento de dolor cansado, hastiado y muerto...
Aun puedo ver la imagen en mi cabeza, tan nítida como una instantánea hecha por mi memoria, de la silueta de ese autobús al que maldije por robar tiempo a mi felicidad al final de la triste meta de mi húmedo y lúgubre camino y como sombras borrosas pero familiares ultimaban la partida con el destino de estar lejos de mi...
Llegue a tiempo para verla, como en esas películas en las que el tiempo se congela y los segundos se expanden para que haya espacio para lagrimas de alegría y palabras ahogadas en besos aunque, en esta película, no se rodó esa escena...
La vi a través de la ventana salpicada y avisada por uno de mis amigos perdidos en el tiempo de mi presencia en el adiós bajó para reprocharme el futuro catarro y alegrarse por la promesa cumplida...
No hubo lagrimas de ningún color ni besos que ahogasen nada solo miradas que yo intente sembrar de futuro aun sintiendo que morirían en el pasado...
Y de repente, quizás mi corazón sesgo ese recuerdo doloroso de mi memoria para no saturar mis penas reemplazándolo por el sufrimiento que sentí al notar como una daga se clavaba en mi pecho, me encontré solo ante mi cárcel de juventud y sueños viendo como se alejaba ese autobús que apretaba el botón de pausa de mi vida hasta nueva orden de llegada...
Vuelta lúgubre a casa con fantasmas y demonios acosando mi raciocinio mientras tarareaba esta canción maldita que quedó marcada para siempre con el estigma del dolor en lo mas profundo de mi alma...
Hace relativamente poco que levante el castigo por ambas partes y volví a disfrutar de sus acordes...
Decidí que ya era hora de afrontar los dolores pasados y reproduje, ya sin el engorro del anticuado casete, "Como dueles en los labios" y una vez superada la primera impresión todo el disco "Sueños líquidos" de Maná...
Parece que es verdad que el tiempo lo cura todo...