Pues como hace mucho que no me dejo llevar y escribo sin más...
Manuel Carrasco susurrándome al oído que no deje de soñar mientras mis sueños ordenan los movimientos de mis manos deslizándose por el teclado blanco, como el lienzo que mancho con frases inconexas que surgen de mi mente intentando cobrar sentido al salir de mi cuerpo, de mi máquina de escribir del siglo veinte...
La verdad es que yo siento que siempre hago y tecleo, tiquitiqui, sin parar y en realidad no digo nada valioso o mínimamente hondo...
Esa es la verdad...
Fuera caretas...
Eso de alquimista de letras suena muy bien pero el resultado de mi alquimia no la veo clara ni relevante...
De verdad que no es infravalorarme ni una pose de falsa modestia solo la sinceridad de alguien que lleva siglos haciendo esta mierda en silencio escondiéndolo en cuadernos garabateados y servilletas rotas con el único fin de desahogar todos los demonios que llevo dentro...
En la soledad de mi habitación con mi escritorio de sustento siempre fuimos "yo y mi diario" para volcar frustraciones, penas, alegrías, logros y todas las lagrimas que no manaban de mis ojos secos...
Cuadernos que cobraron vida con las emociones que volqué en ellos narrando con fechas momentos reseñables...
Libros escolares salpicados con frases que venían a mi cabeza de repente y que atrapaba con bolígrafo en sus páginas...
Hojas de apuntes con párrafos en el medio de las formulas y los datos históricos como punto de partida de algo que aliviase mi conciencia...
Y eso sigo haciendo...
Con mayor o menor fortuna pero sigo juntando letras esperando hallar esa calma interior de la que en ocasiones adolezco.
Consuelo que todo esto cumple, a duras penas a veces, su cometido.
Aquí estoy de nuevo llenando el encerado en blanco del universo con más frases vacías sin sentido ni finalidad...
Frases vacías que llenan espacios en blanco...
Contradictorio intentar llenar algo a base de nada...
Alquimista de letras o vendedor de humo...
